Sin Ceros

¿Cómo pudimos perder, si éramos tan sinceros? Charlie Brown, 1963. Diario virtual ciertamente no diario y virtualmente incierto de Issa López, guionista y directora de Efectos Secundarios, Casi Divas y otras curiosidades, quien usa este espacio para no hacer el trabajo que debería de estar haciendo.

jueves, abril 09, 2009

YO :P FACEBOOK


Ante la oleada (o más bien... 2) de comentarios que he recibido por parte de ustedes invitándome cortesísimamente a incorporarme a redes sociales como Twitter, y las multitudes (esas si) de emails que me invitan a Facebook, ha llegado la hora de hacer el oso de tirar mi choro al respecto.

Me voy a disculpar de entrada porque evidentemente la mayoría de los seguidores de esta colección de desvaríos, tiene página de Facebook, como cualquier persona normal (y precisamente de la así denominada normalidad hablaré más adelante). Y/o de Hi5 (sobre todo aquellos que no se han dado cuenta que 2007 ya fue). Y/y siguen Twitter, twittean, o son twitteados. Y/y/y se comunican a través del mssgr.

Y yo, que soy una mala bestia, me voy a dedicar en este post a hablar horrores de los arriba mencionados medios. Porque soy una pinche mamona, seguramente, que se niega a admitir su estatus de gente normal, si quieren. O por mi íntima paranoia. O mi terror a la soledad. O por pinche contreras y necia, más probablemente. O todas las anteriores.

Así que aquí voy, y por favor, por favor, entiéndase que NO JUZGO el que alguien más lo haga... pero aquí están las, si quieren, poco razonables razones por las que yo me resisto, y me seguiré resistiendo...

Pero YO :P FACEBOOK

1. Es mentira. Todo es mentira. Lo sé porque yo misma tuve brevemente página en Hi5. Las fotos que subimos son las cuidadosísimamente seleccionadas menos piores de las miles que sacamos en esta era del teléfono con cámara de 5mp, y de las fotos sin rollo. Son esas en las que quién sabe por qué truco de la luz, nos vemos 10 años más jóvenes, 14 kilos más delgados y 100 veces mejor de lo que somos. Básicamente nos vemos como otra persona de mucho mejores hábitos que nosotros. Una persona que se parece sospechosamente al protagonista de nuestras fantasías románticas de mientras espero en la cola del banco, tipo: que voy entrando a una fiesta en mi yate, y me veo di-vi-na, y que ahí está mi ex y se queda con cara de pendejo... y yo ni lo saludo, porque en ese momento llega Clive Owen, y me dice que lleva años buscando a una mujer como yo, y que se va a divorciar en ese instante para huír conmigo, y, y, y...

La otra cosa que es mentira es... todo lo demás. Nuestras películas favoritas, donde decimos las que, es cierto, sí nos gustaron, pero no esa que viste 15 veces. Ya sea Los Cazadores del Arca Perdida o Titanic o La Chica de Rosa, esa que te sabes todas las líneas, esa no la dices. Vas y dices de alguna oscura película Húngara. Nuestra frase favorita, que nunca es ya ni pex, o a la verga los pastores se acabó la navidad, ni nada que sí digamos en la vida, sino algo así como... La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación. Emmanuel Kant. A güeeeeeevo. Nuestros discos nunca incluyen nada de Mecano. Nuestras bebidas nunca son la michelada., ni la cocacola. Nos convertimos, por virtud de lo virtual, en criaturas sofisticadas, bellas, etéreas, cosmopolitas, literatas, ilustradas... y profundamente ilusas, si nos creemos nada de lo que diga la página de nadie. Empezando por la nuestra, que es una colección de falsedades en la búsqueda del cariño y la admiración que claramente, no nos hemos ganado en carne y hueso. O sí, pero queremos más, hambreados/hambrientos/glotones emocionales que somos.

Ya en los últimos escándalos, resulta que superestrellas como Hugh Jackman o la mismísima Brickny contratan asistentes para que les escriban sus Twitters. Los güevones. Y la bola de mensos fans leyendo ansiosos lo que escribe el pinche asistente que prepara el café. Ja-Já!



2. Es peligroso. Muy peligroso.

Caso clínico #1: Mi amigo casado que empieza a sospechar que algo está raro cuando ve en todas las fotos del FB de su esposa al mismo sospechoso güey, muy cerquita de ella. Y que tras breve investigación (en clara contravención de la esencialísima regla #1 de Vanesita Bauche para la sobrevivencia emocional: NO BUSQUES PORQUE ENCUENTRAS) termina en divorcio.


Caso clínico #2: Mi amiga que se asoma a la página de la ex de su novio, y ve una foto de la vieja (la ex) acostada en una cama... y en una revisión más cuidadosa se da cuenta que las sábanas de la cama son las que le regaló en su cumpleaños a su novio... y que la cama es la de su novio.


Caso clínico #3: Mi amigo que se va de reven con sus cuates quesque a acampar en Michoacán... y las fotos del reventón en Acapulco terminan en la página de uno de los cuates, y eventualmente en la jeta de su chava.


Caso clínico #4: Mi no amiga Jennifer Aniston que se da cuenta que su güey que ¨no tiene un minuto¨ para escribirle a ella, se la pasa poniendo mensajitos en Twitter.


Caso clínico #5: Ni hablar del caso Martí, y la paranoia en la que todos vivimos...

3. No me vengan con cuentos.

Ahora resulta que el argumento más poderoso para sí estar en una red como FB es que te "reencuentras" con "amigos" a los que no has visto en años... Pues como decíamos en Efectos, Flash Informativo: Si no has visto a esos "amigos" en años... Es por algo!! Concéntrate en la gente que te quiere lo suficiente para haberse mantenido a tu lado!! Porque en mi muy pedestre opinión, cuando de veras necesitas ver a alguien, cuando de veras es importante... lo ves. Te tomas un café. Le miras los ojos. Cuando menos, levantas el teléfono para oírlo. Y ya.

Yo digo.

Ahora, ya sé que se van a poner como locos todos ustedes y me van a dar 600 argumentos para unirse a esas redes (anti) sociales, que evitan que neta tengas que ver a tu gente... pero les aconsejo que se lo ahorren. Mis amigos (esos que sí veo de vez en cuando) han perdido todas las batallas para convencerme... y la verdad es que hago esto sólo para molestar. Así que no se dejen provocar por esta neoludita.

Un saludo a todos... por este medio igualmente electrónico. Lo sé. En el próximo post, que prometo será ligeramente menos venenoso, les platicaré de Manotas.


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