Sin Ceros

¿Cómo pudimos perder, si éramos tan sinceros? Charlie Brown, 1963. Diario virtual ciertamente no diario y virtualmente incierto de Issa López, guionista y directora de Efectos Secundarios, Casi Divas y otras curiosidades, quien usa este espacio para no hacer el trabajo que debería de estar haciendo.

miércoles, diciembre 13, 2006

20 dólares o por qué no inventé el i-pod.


Sí, ya sé que la foto ni es buena, ni tiene nada que ver con estos posts dedicados al humor -intencional, accidental y accidentado- pero aquellos que me acompañan en esto desde hace rato, recordarán que prometí subir las fotos del oso que hicimos sacándonos la foto con los carteles de la película antes de que los quitaran de las calles... y este es el pobre resultado, porque con eso de que se nos olvidó la cámara -sí, fuimos a sacarnos fotos sin cámara. De verdad- y terminamos sacándonoslas con el celular... pues sin comentarios.

Antes de comenzar, decirles a todos que el DVD sale definitivamente el 10 de Febrero, trae chorros de cosas: el videoclip, mil trailers diferentes, escenas eliminadas, detrás de cámaras, comentarios de audio, fotos especiales, 2 pares de medias cameo, una sala de muebles troncoso, seis latas de atún calmex y dos alka-seltzers. Para Maritsol, digo. No, en serio, viene super bien equipado y es el modelo deportivo de lujo, no acepte imitaciones. Además, van a rifar cenas con los guapos y las guapas protagonistas, va a haber firma de autógrafos y no se qué tanta cosa más. Mejor que la toma de posesión, pues.

Otra cosa más; el viernes me voy de MUY MERECIDAS vacaciones, y vuelvo hasta el 2 de Enero. Ya les contaré, como acostumbro, mis aventuras de aeropuerto, mis visitas al teatro en Extranjia, y los ridículos que siempre salgo a hacer, muy dignamente, cada vez que abandono el país para representarnos ante la comunidad internacional. La cosa es que no nos veremos hasta Enero, así que no me olviden, y mando un enorme, agradecido, feliz abrazo general a la base de lectores de este espacio. De verdad, ha sido un placer conocerlos a todos.

Y una última, antes de desparecer. Mi regalo de navidad, que les va a salir gratis. Sí, ya me han dicho que soy barata. Les voy a suplicar (a todos menos a Lilianna, que ya lo hizo hace mucho) de la manera más atenta, arrastrada, pinche pues, que se asomen a www.imdb.com, se registren como usuarios, busquen Efectos Secundarios y primero voten muy muy alto por la película (partiendo de la base de que les gustó, o qué demonios hacen aquí???). Y luego agreguen un comentario, y de ser posible hasta participen con alguna linea en los foros, porque hay un individuo que en los comentarios y en los foros... bueno, para mostrarles un extracto de su poesía, y perdón por un léxico que solo cito: "que chingados te pasa la pelicula es una mierda de principio a fin, todos los actores actuan tan mal... pero en serio estoy acostumbrado a ver malas a cada rato pero desde que vi ''Poseidon'' no he visto una pelicula tan mal actuada en todo el pinche año, y el guion esta tan mal escrito... se copia de lo peor del cine gringo, solo esta escrito para robarle dinero a la gente, e igaul (sic) la directora como ya dije dirige tan mal las actuaciones... en serio ta pendeja o se hace."
Y sigue, y sigue, y sigue, como el proverbial conejo de las pilas. Digo, cada quien tiene derecho a su opinión, pero, por eso, me gustaría que la gente a la que sí le gusta la película, dijera algo. Así que si tienen un ratito... de verdad se los agradeceré.

Ahora sí!! Para terminar con este viaje al pasado fársico que todos tratamos de olvidar con pocos resultados, voy a hablar de la prima Mariloli, con mucho cariño, porque es una chida.

Todo mundo tiene un némesis. Adán tiene a Mimí, Ahab su Moby Dick, Drácula su Van Helsing, Raskolnikov su conciencia, el Santo sus zombis, Niurka su Boby y el Peje su complot. Yo tengo a Mariloli.

Desde pequeñas fue así. Mi primera memoria de mi prima es ella vomitándome encima. La primera película casera en la que salimos, las dos saludamos a cámara, sonrientes, y luego yo volteo y le muerdo la cara. La primera Navidad que pasamos juntas, Los Reyes me trajeron una muñeca Made in China, imitación Barbie, y a ella le trajeron 20 dólares. Cuando me dijo que con sus veinte dólares se podía comprar 10 muñecas como la mía, la tiré de las escaleras... dos pisos. Puede que nunca quedara bien, porque 15 años más tarde, me tocó presenciar la siguiente escena:

INT. MUSEO DEL NIÑO. DÍA.
Issa y Mariloli, que no entienden bien por qué terminaron juntas y en el museo del niño, miran la cola inmensa para entrar al Laberinto de los Sentidos.
Issa: No mames, qué güeva, vámonos.
Mariloli. No. Vente.
Mariloli jala a Issa, y se mete como si nada en la fila, adelantando unos diez lugares, poniéndose enfrente de un grupo de 4 niños de entre 8 y 10 años. Los niños superan el estupor, y protestan. El líder, peinado con gel, se enfrenta a Mariloli.
Niño Gel: ¡Oye! ¡No te puedes meter en la fila!
Mariloli se gira a mirarlo como si hasta ahora notara su presencia.
Mariloli: A ver, moco: Sí me puedo meter. De hecho, ya me metí. ¿Y sabes por qué? Porque soy grande. Así que hasta que crezcas, te friegas.
El grupo de niños hierve de rabia cual chícharos en sartén. El niño gel, justiciero, grita:
Niño gel: ¡Guardiaaaaaa!
Y viene una pobre chavita vestida con la playera del museo.
Guardia: ¿Qué pasó?
Niño Gel: ¡Esta señora se metió!
Mariloli hace cara de sorpresa. Mira a la guardia.
Mariloli: Claro que no. Dí dos pasos para tirar un chicle y volví a la fila.
Mariloli mira a los ojos a la guardia, que se rinde y se gira a mirar a los niños.
Guardia: A ver, chaparrito, no molestes a la señorita...
Detrás de la espalda de la guardia, Mariloli le pinta güevos y violines al niño. Issa mira alrededor buscando donde meterse. Se pregunta por qué no está en su casa inventando el i-pod, por ejemplo.
El niño se pone technicolor. La guardia se va.
Mariloli: Ves? Te lo dije. Nadie te va a hacer caso porque eres un niño, y estás jo-di-do.
A Issa le parce que el niño va a tener un ataque epiléptico. Quizás así es como se desarrolla epilepsia. Enfrentándose a Mariloli. Se pregunta por qué no está en su casa escribiendo un ensayo al respecto. Mariloli saca un chicle y se lo mete a la boca. El niño brackets que viene con el niño gel, señala un letrero que dice, claramente, "prohibido entrar al juego con chicle"
Niño brackets: ¡¡No puedes mascar chicle!!
Mariloli: Sí puedo. Mira. (Masca chicle ruidosamente) ¿Sabes por qué?
Issa sabe. Porque quedó mal cuando la tiró de la escalera. Decide que quizás está aquí por eso. Porque tiene que hacer penintencia.
Niño brackets y Niño gel, a coro: ¡¡¡GUARDIAAAAAA!!
Y viene la pobre chavita otra vez, arrastrando los pies.
Guardia: ¿Qué?
Niño gel: ¡¡Está mascando chicle!!- La guardia, cansada, se gira hacia Mariloli.
Guardia: Diculpe, pero...
Mariloli: No, si no estoy mascando nada. Mire.- Mariloli abre la boca. El chicle está escondido bajo su lengua. La guardia lo sabe, pero algo en la mirada de Mariloli le hace decidir que le vale madres. Y le hace pensar por qué no estará en su casa viendo caricaturas. Toma una decisión y se vuelve hacia los niños.
Guardia: Por favor, ya no molesten a la señorita...- A sus espaldas, Mariloli hace una silenciosa bomba de chicle, para que los niños la vean. Los niños se jalan de los pelos, brincan, dan de patadas, echan espuma por la boca. Mi prima se vuelve a mirarme, mientras entramos al juego, y pega descaradamente su chicle en las paredes de alfombra.
Mariloli: Pinches chavitos. Están bien dañaditos, ¿No?
Issa no dice nada. Cree que si no estaban dañados, Mariloli ciertamente ha puesto la primera piedra en la catedral de su locura. Issa trata de no darle importancia al asunto. Respira profundo y se acuerda de la prima tirada dos pisos abajo, en las escaleras, todavía medio apendejada. Y cuando llego corriendo, aterrada, pensando que la maté, entreabre los ojos, desfalleciente. Veo que va a decirme algo. Pensando que es su última voluntad me acerco, y musita en mi oído, casi sin voz: Mis... 20 dólares...

Feliz año! Felices Romeritos!!! Que no les regalen una pinche muñeca Made in China, y si se las regalan, tiren a alguien de la escalera!!!

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miércoles, diciembre 06, 2006

Tres centímetros


Estos son mamá y papá, porque supongo que cualquiera que no tenga resuelta su infancia, termina teniendo que poner la foto en algún lado...
Y bueno, volviendo al recuento, es el turno de mi padre.
Papá tuvo que criar a dos niñas solo. De la noche a la mañana tuvo que aprender a hacerles trenzas para mandarlas a la escuela, cuidar que el tableado del uniforme estuviera recto, procurar que no se mataran una a otra como parecían tratar de hacer cada vez que las dejaba solas por más de seis minutos... y justo cuando pensó que lo tenía más o menos dominado, resulta que la mayor, que encima de todo estaba medio loca y terminaba expulsada de todas las escuelas, tiene la finísima ocurrencia de llegar a la edad del "a mí ya me pasó..."Sí, la de esos días. La de una vez al mes, pues. Estoy tratando de ser sutil y educada, porque en mi experiencia, los lectores del sexo "fuerte" se ponen malitos cuando sale el tema. Como si fuéramos Barbies, que debajo de los calzones tienen... nada! Lisito, lisito...

En cualquier caso llega ese momento en la vida de toda mujer y mi padre, probablemente unas nueve o diez veces más apanicado que yo, se sienta a explicarme que las abejitas y las florecitas... como si yo no supiera lo que es fornicar, con la ayuda de Miss Teté. Entonces yo, muy dueña de la situación, muy madura, le saco un anuncio de revista que llevaba guardando como cuatro años, en espera ansiosa, porque mientras mis amigas todas ya, yo nada de nada. Mi padre lo lee, y no entiende.
-Es un tampón, papá.
-Un qué??
-Un tam/
-Y qué tiene que ver con lo que estamo...- Y de pronto entiende. Me mira con una cara de no me enojes las desas.
-Y dónde va?
Y yo le explico.
-No. No no no no no. Ninguna hija mía va a ponerse un tapón en la co/
-Papaaaá!! Es higiénico, ergonómico, ultraseguro, supercómodo, megamoderno, y además, si te lo pones puedes nadar.
-Issa, vivimos en Tlatelolco. Dónde vas a nadar?
-No es el punto.
-No. El punto es que tienes 13 años, y no vas a... nada. Vamos a ir, por unos kotex normales. Como si fueras una niña normal. Yo sé que no es el caso, pero hagamos un esfuerzo de imaginación.
-No voy a usar kotex.
-Vas a usar kotex.
-No voy a usar kotex!
-Perfecto. Entonces tú te buscas tus tapones, tú los pagas, y tú te las arreglas. Esta conversación se terminó. A la cama.
Corte a: Issa con un tampón en una mano, y un instructivo largísimo en la otra. El instructivo era una obra literaria de un virtusismo insospechado, que incluía capítulos enteros de advertencias de... sí, Efectos Secundarios, entre los que había fiebre, irritación severa, inflamación, supuración, infección fulminante, síndrome de rechazo, y otras experiencias igualmente apetecibles para una prepúber cuya educación sexual estaba confundida con las calumnias. Y en las siguientes secciones, el fabuloso instructivo sugería una serie de posturas para la aplicación que incluían acuclillarse, o recostarse en una superficie firme. Insegura de los resultados que me acarrearía acostarme en el suelo del baño de la escuela, para posteriormente morir de una infección fulminante, decidí que después de todo era posible que papá tuviera razón... y terminé yendo a comprar unos buenos, normales, razonables kotex.
Desde entonces, la ciencia del tampón ha avanzado mucho, para tranquilidad de mis lectoras, que seguramente no se enfrentaron a esos primeros prototipos de pesadilla. Mi padre se ha ido haciendo a la idea de que un tapón en la ...ola sería el menor de sus y mis problemas, y que tener la visita mensual del primo Andrés, acarrearía situaciones mucho más serias y más difíciles de combatir que tres centímetros de algodón prensado... a final de cuentas, venía todavía la conversación sobre los condones...

En retrospectiva, me parece que mi padre era gracioso... aunque nunca, jamás se hubiera podido reír de tener que explicarnos cómo maquillarnos, qué color de medias escoger, hasta donde llegar en la primera cita, cómo escoger un wanderbra... pobre papá.

En fin. Me voy un par de días, y por ahí del viernes estaré de vuelta. Gracias por todos los comentarios!

Al volver: el miembro de mi familia que sí es auténticamente hilarante: La prima Mariloli.

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martes, diciembre 05, 2006

Adán, Eva y Heidi


Primero que nada, y siguiendo la linea del humor, quiero insistir en que no dejen ir una películita que se llama Little Miss Sunshine; es la demostración misma de lo que decía Samuel Beckett: Nada es más gracioso que la infelicidad. Y pocas cosas más infelices que una camioneta que no arranca, en la que viajan un suicida fallido, un mudo voluntario, una aspirante a reina de belleza que no tiene nada para conseguirlo, un viejo libidinoso y heroinómano, un orador motivacional fracasado, y una mujer que ya no lo soporta. Es una de las cosas más deliciosas que he visto en un largo rato, así que levanten los traseros de frente a la computadora, y consigan los boletos.

Segundo, contarles que acabo de hacer la primera parte del audio comentario del DVD; esta fue con Ale Gollás, que ya se nos regresó al Gabacho, y con Marina de Tavira. Creo que la crónica se la dejaremos a Efra, que prometió hacernos una rara visita para hablarnos de eso... me queda pendiente la sesión con Arturo y Pedro. Ale y Marina, sin embargo, completan las anécdotas que empezaron con Pedro, recibiendo de un espectador la pregunta: ¿Pero cómo no te la tiraste, mi hermano? ¿¿Después de ocho años sin tirar?? Y Pedro tratando de explicar que él no es Ignacio... Seguida de Arturo Barba, al que en un Starbucks le grita el gerente que él también tiene un cuarto imaginario. Pues bien, Marina, también en Starbucks -sorpresa. Ya hablamos de que parece ser que nuestros espectadores todos trabajan ahí- al recibir su mocalate o guatever cosa, es cuestionada por el empleado: Oye... ¿Te puedo preguntar una cosa? ¿De veras fue nada más un faje? Y Para terminar, Ale, que va a cancelar muy indignada su cuenta bancaria, para que el empleado bancario le pregunte cómo sigue esa patita... aparentemente, el salto entre personaje y actor se le complica a cierta parte de la audiencia...

No, en serio, me encanta que la banda tenga tan presentes a los personajes. Y siguiendo con la investigación sobre la comedia, ahora el ejercicio es decidir si mi madre y mi padre eran/son personas graciosas, y por qué. Y si no, qué otras personas en mi familia lo son. Chale, todos estos ejercicios hacen que estos posts sean muuuy egocéntricos, pero en fin. Todo sea por el aprendizaje. Además, creo que me estoy empezando a ahorrar una lana en terapia. Aquí va:

Mamá: Mamá era una dama, no como esta servilleta. En su vida dijo una grosería, bordaba divino, era cultísima, era guapísima, era discreta, y en resumen, era mi madre adoptiva, supongo, porque sería imposible que hubiera parido a un engendro como yo. De hecho, la de la adopción era una teoría de la que yo estaba completamente convencida. En mi mente, me habían dejado de bebé en la puerta de mis padres, y yo era huérfana, como Heidi. Por eso mi madre me maltrataba, -seguramente detestaba a las niñas pastoras de los Alpes- y en su infinita maldad de madrastra, me hacía tragar hígado encebollado. Nadie le haría eso a un hijo. Encima de todo lo anterior, mamá era católica, y para contribuír a mi confusión religiosa (llena de fornicaciones, como ya expliqué), cuando le pedí que me contara de Adán y Eva, y el cuento terminó con la expulsión del paraíso, me debe de haber visto tal cara de pánico que terminó por corregir que eventualmente, este individuo Dios recapacitó y los dejó volver. De lo cual:
a) yo no entendía que demonios hacía teniendo que ir a la escuela católica monísima, en lugar de comer frutos no prohibidos en el jardín del Edén y ver Heidi 24 x 7
Y b) Miss Teté terminó por mandar llamar a mi madre, cuando me le puse necia en catecismo porque yo sabía que Adán y Eva habían vuelto al paraíso, serpiente o no serpiente, manzana o mandarina o lo que fuera. Y Miss Teté decidió que si mi madre me había dicho eso, es porque éramos una familia de protestantes, y que yo no tenía nada que hacer en una escuela católica.
Y más aún que eso, c) Muchos años después, terminé por entender qué dulce el gesto de mamá, mintiéndome para disfrazar el carácter volátil de este individuo Dios, y protegerme un ratito más de esta realidad inescapable de expulsados. Expulsados del Edén, de la escuela activa, de tantos trabajos para los que no servimos, de carreras fallidas, de amores ahogados, y finalmente, de la vida. Supongo que a final de cuentas, mamá sí era mi mamá. Ni modo, Heidi; ni somos hermanas, ni me gustan las cabras. Para prueba, la foto del post anterior.
En resumen, no. Creo que mamá no era graciosa. En el siguiente post, trataré de averiguar si papá lo es...

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