Sin Ceros

¿Cómo pudimos perder, si éramos tan sinceros? Charlie Brown, 1963. Diario virtual ciertamente no diario y virtualmente incierto de Issa López, guionista y directora de Efectos Secundarios, Casi Divas y otras curiosidades, quien usa este espacio para no hacer el trabajo que debería de estar haciendo.

martes, febrero 27, 2007

India Song

No hay manera de explicar un viaje a la India. No hay manera de entender un viaje a la India. Al cuarto día de estar ahí, con el estómago revuelto y el espíritu ídem, tuve que sentarme en el Templo del Loto, que es un santuario multi-fe -como todo en India- para tratar de entender qué demonios estaba sintiendo. Por qué nunca, ningún otro viaje me había agitado tan profundamente. Y lo que creí vislumbrar, en el silencio del templo sobre sus nueve estanques de agua, es que India es el ombligo del mundo. El lugar donde Dios tocó al planeta, para despertarlo. A final de cuentas, la civilización empezó ahí al ladito, contraesquina. A final de cuentas, Budha nació ahí, y los estudios más recientes indican que Cristo también. (Y que parece que fueron la misma persona, para colmo) A final de cuentas ahí están los templos de trece millones de dioses del hinduismo. Y si trece millones y dos mesías no bastan, está que es la cuna de los Sikhs, los Sufis, los Jainitas, y un chorro de musulmanes.

Creo que India es -más aún que México- el lugar en el que más cerca he visto lo mejor y lo peor del mundo, codo a codo, tomándose el té. Las construcciones más sublimes, los ojos más hermosos, la comida más exótica, la ropa más bella, los perfumes más fragantes... con los rincones más horrendos. Y llega un punto, tal como su comida, en el que ya no puedes digerirlo. Hasta que entiendes que tienes que hacerlo con cautela. Con paciencia. Y te vuelves a acercar. Y te enamoras.

Sí, todo está increíble y muy místico y las moscas Tibetanas, pero lo que sí está del tubo es el pinche viajecito de 25 horas, dos aviones y tres aeropuertos, que ya les narraré en detalle.

En fin. Nada más para decirles que ya volví.

Ah, y ya salieron las nominaciones de los Arieles, de las cuales, sólo tenemos a Ale Gollás en Mejor actriz, lo cual no sorprende a nadie, excepto quizás a Ale, que es tan modestita...

Un abrazo!

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martes, febrero 13, 2007

Pasaje a la India

Pues sí, me voy a la India. Nueva Delhi, para más precisión. Con el puro afán de aburrirlos de nuevo a todos con fotos del viaje, supongo.

No, en serio, me voy a llevar Efectos a un festival, y me muero de ganas de ver la reacción de un público taaan distante. Y me muero de ganas de ir a la India. Aunque fuera para viajar gratis debía de servir esto de hacer películas, carajo. Así que a mi regreso les traeré hartas aventuras de aeropuerto, como acostumbro.

Por lo demás, quiero usar este espacio para hacer una reflexión que me atormenta desde hace tiempo. Perdón, ya sé que va a ser horrible, pero me vale madres porque ya estoy hasta la ídem.

¿Qué demonios de carta beneficio secreta entrega el INSEN cuando da una credencial a un adulto en plenitud? Porque tengo esta impresión de que algo sucede al cruzar la barrera de los 70, una graduación secreta, donde pasan a valer gorro los demás, porque yo ya estoy hasta las pantuflas de la vida, y ahora hago lo que se me hinchan la próstata? Porque paso a relatar mi experiencia invariable cuando se me ocurre ir a Cinemex Casa de Arte, donde tristemente exhiben algunas de las películas que más vale la pena ver en esta metrópolis de peseros.

Interior lobby taquilla cine. Tarde.
Issa llega en pants domingueros a comprar boletos. Ya sabe qué película va a ver. Ya sabe cuánto va a pagar. Ya tiene en la mano su tarjeta dorada que no sirve para nada pero se ve bien chida. Pero no puede comprar boletos porque en la ventanilla hay dos señoras contemporáneas de la Malinche, que entre ambas perforaron la capa de ozono, a punta de spray para el pelo.
Señora 1: ¿Oiga, pero está buena esa película? Porque el otro día vimos una horrenda... ¿Cómo se llamaba, Chelito?
Señora 2: ¿Eh?
Issa se pregunta si las antediluvianas damas pensarán que Cinemex hace proyecciones especiales y briefings para los taquilleros, para que tengan toda la información sobre las cintas que se proyectan cada semana.
Taquillero: Está buena, señora.
Señora 1: ¿Y la otra? ¿De qué se trata?
Taquillero no tiene ni idea. La película se llama recortes de mi vida, así que improvisa.
Taquillero: De... varias historias intercortadas.
Señora 2: ¿Eh?
Señora 1: Sale esta artista, Chelito... muy buena...
Selora 2: ¿Cuál, Tinita?
Señora 1: Esta, muy buena...
Señora 2: ¿La que le gusta a Ceci?
Señora 1: Nombre, la que se parece a la sobrina de Raquelito... la monísima esta del marido oftalmólogo...
Señora 1: Que por cierto, me tengo que revisar los ojos...
Issa quiere arrancarse los ojos a mordidas. Intenta conectar con su silencio interior. O con el internet inalámbrico de la plaza y ver algo en youtube.
Señora 2: ¿Y qué otra hay?
Taquillero: Pues mire, tenemos otras cuatro...
Issa quiere intercortarse las venas. Finalmente Chelito y la señora del pelo de casco compran dos boletos, llenas de dudas. Discuten media hora el descuento. Se alejan.
Y cuando Issa entra a la sala, descubre que ambas han entrado a la misma película. Y lo descubre porque empiezan a hacer su propio audiocomentario de la cinta, en voz muy alta, para oírse una a otra a pesar de la sordera.
Chelito: Qué barbaridad...
CascoHead: Es una película moderna, Chelito.
Chelito: Pero ya le agarró el... Jesús Bendito.
No es precisamente el Jesús Bendito lo que la protagónica de la película, que es prostituta, le acaba de agarrar al cliente.
Chelito: No, no, no... cómo ponen esas cosas...
Casco Head: Y sin avisarle a una...
La gente empieza a shhhshhearlas. No se dan por enteradas. Con la tarjeta del INSEN viene un chip que descarta esa frecuencia sonora. O suena tan parecido al spray, que sus oídos están insensibilizados al registro.
Chelito: ¿Por qué le pega?
Issa cree que por hablar en el cine.
CascoHead: ¿Eh?
Chelito: Que porqué le pega...
CascoHead: ¿Eh?
Chelito: Que porqué le está pegando...
CascoHead: ¿Eh?
Issa: ¡Que porqué carajos le pega! ¿Ya?
Excepto que no lo digo. Gritarle a las viejitas está un poco por encima de mi demencia. Apenas.
CascoHead: Ah, pues... ¡Válgame Dios! Se está... ¿Qué hacen?
Issa pondera las posibilidades de llegar a los 80 sin saber lo que es un felacio.
Chelito: Vámonos, Tinita...
Issa, para sí: Sí, por favor. Por favor. No es la primera vez que le sucede en un cine, ni el único motivo, pero se encuentra deseando que la película se ponga más hardcore.
CascoHead: No, espérate, Chelito...
Issa se pregunta si Casco quiere saber en qué acaba. La película o el felacio.
Chelito: No, yo no puedo ver esta película...
Issa tampoco. No la dejan.
CascoHead: Bueno. Vámonos...
Y empiezan una larga migración con bastones y bolsas y sacos y chales, y para cuando acaban de salir, la mitad de la película ha pasado. Y ahora a Issa no le queda más que concentrarse en la pantalla... y reconocer, muchas veces, que Chelito y UltraNet eran mucho más entretenidas que la película por la que pagó 50 pesos más palomitas. Con todo y sus felacios.

Bueno, ya nos tocará hacer la película de la crisis de los 80, pero mientras, les cuento algo acerca de la que ya hicimos sobre la de los 30: Efectos tiene las siguientes nominaciones a las Diosas de Plata:
Mejor Película
Mejor Director
Mejor Actriz (Marina)
Mejor Coactuación Femenina (Ale)
Mejor Coactuación Masculina (Arturo)
Actor Revelación (Pedro)
Mejor Actriz de Cuadro (Julieta)
Mejor Guión
Mejor Opera Prima
Mejor Música Original
Mejor Canción Original
Mejor Edición

En fin. A los que no vea mañana en Mixup, les mando un beso enorme, y los veo después de visitar Bollywood!

viernes, febrero 09, 2007

Confirmado!


FIRMA DE AUTÓGRAFOS EN DVD CON MARINA E IGNACIO DE EFECTOS SECUNDARIOS

MIXUP PLAZA UNIVERSIDAD, VIERNES 16, 3:00 P.M.

Banda, los que estén en el D.F, los espero ahí, si tienen ganas de decir hola, o si no tienen nada mejor para viernes. Un abrazo general!




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viernes, febrero 02, 2007

Colmillo


O LO QUE HE APRENDIDO HASTA AHORA.

Siempre deja algo completamente fuera de lugar en tu trabajo. Algo claramente alarmante. Una cosa arriesgada, enloquecida, fuera de tono. Seguramente llamará la atención, y te pedirán lo cambies. Discutirás, y puede que pierdas, o puede que ganes. Pero mientras tanto, habrán dejado pasar muchos otros detalles pequeños, distraídos por este foco rojo...

Nunca le creas a lo que dicen las etiquetas de las cremas faciales, a la gente que dice que ha cambiado, ni al elogio de un actor.

Ante la duda, cállate.

El sexo nunca es tan bueno como te imaginas que va a ser.

Si notas que mastica con la boca abierta, es que se acabó la luna de miel.

No te arranques esa costra.

Si piensas en ella/él/eso, más de 7 veces al día, es hora de admitir que estás enamora/encula/enganchado.

Si estás enganchado, puede ser que lo dejes. Hay disciplina, parches, AA, Oceánica. Si estás enculado, se cura tirándotelo/a. Si estás enamorado, chupaste faros.

Nada detiene el tren descarrilado de dos personas que conectan en pasión. Especialmente cuando no deben.

No compres ropa para "cuando adelgaces".

No esperes la inspiración. Trabaja. Si llega, qué bien. Si no, cobras el cheque.

No vayas al súper con hambre.

Si te casas, no obtendrás un amante de tiempo completo. Ni un novio vitalicio. Ni un apoyo incondicional. Obtendrás, si lo haces bien, un cómplice. Y si lo haces bien, es más que suficiente.

Deja que te llamen primero, te busquen primero, te saluden primero. Deja de correr por todos lados tratando de agradarle a todo el mundo. De todas maneras, no vas a conseguirlo.

Mientras mejor hagas las cosas, más gente te aborrecerá.

La ropa floja sólo te hará ver más gorda.

Haz que te interese la vida de la gente con la que trabajas.

Mira a los ojos.

Escucha.

El negocio es como bailar danzón. Me lo dijo un maestro. No tienes más que un tabique para moverte, así de limitado. Pero en ese tabique, tienes que bailar como para parar en seco a todo el salón de baile.

Lo único que hacemos en este viaje es escoger las pocas cosas que nos vamos a llevar a la tumba. Las pocas cosas que el día que nos toque, vamos a querer recordar. Algunas pláticas. Un beso. Un chiste malo entre amigos. Una noche perdido en la ciudad. Ese momento perfecto. El color del cabello de aquel amante. Todo lo demás, vale madres, y tienes que poder mandarlo al carajo en cualquier momento. O tratar de aprender a hacerlo.





Por último, pero de ningún modo menos importante:

No corras largas distancias con tanga.






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